Hay noches que me hace reír, justo antes de dormir... Y ya será imposible dormir pronto, toca recordar sus bromas una y otra vez. Y además escuchar las nuevas, improvisadas.
Claro, su risa es tan adictiva que las escasas 4 horas de sueño tienen menos valor que las 4 que pasé con mi comediante en la cama antes de dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario