NO LA ESCUCHO

Empleo mi tiempo mirándola, fijamente, como si se tratase de un efecto hipnotizante del cuál sólo recibo la energía de su voz.
Ella piensa que la escucho, pero va más allá de eso. No tengo ni la más remota idea de que me habla, estoy en contacto con su alma, con su corazón, tan grande y lleno de virtudes.


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