IMAGINO

Imagino sus rodillas sobre un cojín. Sus ojos mirando fijamente mis gestos de placer. Un momento rápido pero intenso. Correrme en sus labios, que deslize suavemente sobre sus senos... Imagino mi mejor orgasmo.



MI ORGASMO FAVORITO

Con ella sumisa siempre he disfrutado pero con ella practicando el oral de la manera que me gusta, con sonidos de saliva y arcadas, terminado ahí mismo con mi orgasmo, así lo disfruto aún más, no hay comparación. Estoy enamorado.


REINA Y PERRA

Entré a su habitación desnudo, cogí su cabeza con una mano y la empuje hacia mi parte mas íntima. Ella en cuatro, y yo intercambiaba miradas a su boca y a sus nalgas en el espejo. Me toco a mi ir por detrás, primero con la lengua y después con mi órgano más duro. Lo hicimos en la cama, sobre el banco de su precioso pisno, de pié cogiebdala en peso...
Terminó gritando y dejando todo mojado, pero quería mas y la noche no quedó ahí. En fin.. esa noche viene a mi mente una y otra vez. Se repetirá, con latigazos y algo más de ruido, pronto.



SUMISA

Sumisa en mis sueños, en mis fantasías, en mis planes para siete u ocho noches al mes. Sumisas sus piernas, abiertas por mí, atadas, llenas de mis besos. Sumisas sus nalgas golpeadas, su culo, que escupo y lamo. Sumisa ella me haría subir sin globo al mismísimo cielo. Sumisa su piel, sumiso su pelo con mi mano cogiéndolo con cierta agresividad romántica. Sumisa su lengua, esperando mi orgasmo. Con ella sumisa no se puede amar más.



MI TESORO

Me vuelve loco verla semidesnuda en la cama, saltar sobre su culo y comermela a besos con mordiscos. El amor y las sonrisas abren las puertas al deseo y confieso, que la deseo 24 horas al día. Mis fantasías son junto a sus labios y mi futuro cogiendo su mano, es un todo o nada, un "all-in" como en el póker, yo ya tengo mi K, y mi intención es jugar bien, cuidarla como se merece y enamorada cada día, porque... vale la pena. 

Entre nosotros no hay química, hay putos explosivos cuándo chocan nuestros cuerpos. Los gemidos no son sólo de placer, son de orgasmos disfrazados de corrida. No tenemos la sensación de echarnos de menos, porque directamente no podemos dormir el uno sin el otro, ni ella sin mis ronquidos ni yo sin su pelo en mi cara...

Si cuidamos ésto, acabará muy pero que muy bien. Yo le prometo todo porque todo le quiero dar.