Cupido me lanza flechas en cada una de sus sonrisas, me peina la sombra de la rutina, dejando el fleco de ésta a un lado, y sólo somos dos, ella y yo.
Me sube al cielo sin globo y saltamos juntos al vacío de la felicidad, viviendo cada beso y aterrizando en la realidad sabiendo que una relación se cuida, cómo el que cuida un naranjo, dará su fruto si lo riegas, pero aqui en lugar de agua será suficiente con aportar un hombro dónde llorar en las malas, un pecho dónde reir en las buenas, un álbum de buenos refuerdos que expulsen cualquier veneno ...
Ella es mi yo deseado, mi yo sin defectos. Y yo quiero ser su "él", y para eso le compraré pan a las 6.00 AM si lo desea o mordere la esquina del plátano aunque no me guste el sabor, para que ella tenga más facilidades para verme como ella me sueña y para que mi sangre fluya tranquila dando y recibiendo el 100%.
- "José Bueno"
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